Expertos advierten que decesos seguirán en aumento: Sube a 20.000 cifra de víctimas mortales por terremoto en Turquía y Siria

ANKARA / DAMASCO.- Se agota el tiempo para encontrar vida bajo los escombros en Turquía y Siria.

Equipos de rescate con insuficientes recursos aceleran sus labores en los dos países para sacar más cuerpos y posibles sobrevivientes bajo los miles de edificios derribados por el catastrófico terremoto de 7,8 de magnitud del pasado 6 de febrero y múltiples réplicas.

El número de muertos en Turquía llegó a al menos 17.134 este jueves, mientras que en Siria han perdido la vida más de 3.300 personas. Unas 1.900 han fallecido en los territorios a manos de los rebeldes y 1.262 en las zonas controladas por el Gobierno.

Pero los expertos advierten que el número de decesos seguiría en aumento, en medio de la difícil situación para los sobrevivientes, muchos de los cuales afirman que la ayuda indispensable aún no ha llegado.

«¿Dónde están las carpas, dónde están los camiones de comida? (…) Aquí no hemos visto ninguna distribución de alimentos, a diferencia de desastres anteriores en nuestro país. Sobrevivimos al terremoto, pero aquí moriremos de hambre o de frío», señaló Melek, de 64 años, en la ciudad de Antakya, en el sur de Turquía.

En medio de las bajas temperaturas, la mayoría de personas en la zona del desastre amaneció por tercer día consecutivo en las calles o en sus autos.

Temen regresar a sus viviendas en edificios fuertemente sacudidos por el terremoto, el más fatídico en suelo turco desde 1999, cuando un sismo dejó entre 17.000 y 18.000 personas muertas.

El sismo también se convierte en el más mortífero en más de una década después del ocurrido en Japón, en 2011, que provocó un tsunami y dejó alrededor de 20.000 víctimas mortales.

Por su parte, el Banco Mundial aprobó este jueves el envío de 1,78 billones de dólares a Turquía en concepto de ayudas para la reconstrucción y la asistencia a las víctimas. Del monto total, 780 millones de dólares se entregarán a Ankara de forma inmediata. En paralelo, Estados Unidos, a través de su agencia para el desarrollo internacional (USAID) también aprobó el envío de 85 millones de dólares en el mismo concepto de asistencia.

Siria comienza a recibir la esperada ayuda humanitaria 

La entrega de ayuda humanitaria de la ONU a través de Turquía se reanudó este jueves. El primer convoy de Naciones Unidas cruzó por Turquía, según señalaron fuentes fronterizas. 

Se trata de un comienzo muy esperado en un país donde los temblores derribaron miles de edificios y sembraron más miseria en una región devastada por la guerra civil de 12 años y la respectiva crisis de refugiados.

El miércoles el organismo había señalado que el abastecimiento a Siria volvería a retormarse el jueves.

“Esperamos que mañana podamos entregar algo a través de la frontera”, dijo el miércoles a los periodistas el coordinador humanitario regional de la ONU para la crisis de Siria, Muhannad Hadi.

Durante varios años, la ONU ha descrito el acceso a la zona de Siria controlada por los rebeldes a través de un cruce fronterizo desde Turquía como un «salvavidas» para unos cuatro millones de personas que, según asegura, dependen de la asistencia humanitaria.

Hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región devastada por el terremoto, indicó Adelheid Marschang, oficial superior de emergencias de la Organización Mundial de la Salud, que calificó la situación actual como una «crisis sobre múltiples crisis».

Además, agregaron que se estaban realizando preparativos para que los convoyes de ayuda pudieran llegar al noreste. El Gobierno del presidente Bashar al-Assad ha dicho que los suministros deben pasar por Damasco. Una ruta que ha sido fuertemente criticada debido a que las rivalidades harían casi imposible su llegada a los lugares más afectados por los sismos.

Erdogan visitó la zona del desastre en Turquía

En momentos en que crece la ira por lo que los afectados consideran una respuesta lenta por parte de las autoridades, el presidente Recep Tayyip Erdogan arribó el miércoles a la ciudad de Pazarcik, el epicentro del terremoto, ubicada en Hatay, la provincia más perjudicada por el sismo. Su primera visita a la zona desde el desastre.

Allí, Erdogan reconoció que su país tuvo “problemas con la respuesta” al terremoto, pero señaló que se trató de una situación temporal y que las operaciones “han vuelto a la normalidad”.

“El primer día tuvimos algunos problemas, pero el segundo y hoy la situación está bajo control (…) Tuvimos algunos problemas en aeropuertos y carreteras, pero estamos mejor hoy. Estaremos mejor mañana y más tarde. Todavía tenemos algunos problemas con el combustible, pero también los superaremos», sostuvo el mandatario, tras recorrer las tiendas de campaña instaladas por la Autoridad para el Manejo de Desastres y Emergencias (AFAD).

Con el sonido de las sirenas de ambulancia de fondo, el mandatario turco también se dirigió a los ciudadanos para pedirles prestar atención solo a las informaciones de las autoridades e ignorar lo que llamó “provocadores”, en momentos en que miles de personas lamentan la falta de recursos y de una pronta atención por parte de los funcionarios.

«Milagros» entre las ruinas

En medio de la desolación y muerte que cubre a Turquía y Siria, algunas personas fueron rescatadas con vida más de 54 horas después de estar bajo las ruinas.

En el amanecer de este 8 de febrero, los equipos de emergencia rescataron a un niño de 3 años de edad, identificado como Arif Kaan. Se encontraba bajo un edificio de apartamentos derrumbado en Kahramanmaras, cercana al epicentro.

Con la parte inferior del cuerpo atrapada bajo losas de concreto y barras de refuerzo retorcidas, los equipos de emergencia ubicaron una manta sobre su torso para protegerlo de las temperaturas bajo cero, mientras cortaban cuidadosamente los escombros, conscientes de la posibilidad de provocar otro colapso. Finalmente pudo ser retirado del lugar.

El padre del niño, Ertugrul Kisi, que había sido rescatado antes, sollozaba mientras liberaban a su hijo y lo trasladaban en una ambulancia.

“Por ahora, el nombre de la esperanza en Kahramanmaras es Arif Kaan”, afirmó un reportero de la televisión turca mientras transmitía el dramático rescate.

Unas horas más tarde, los rescatistas sacaron de entre los restos de su casa a Betul Edis, una niña de 10 años, en la ciudad de Adiyaman. En medio de los aplausos de los espectadores, su abuelo la besó y le habló en voz baja mientras la subían a una ambulancia.

Como ellos fueron también encontradas con vida otras personas, incluida una familia en el noroeste de Siria, la zona más golpeada del país.

«Un verdadero milagro, resuenan las voces de alegría alcanzando el cielo, una familia completa es rescatada de debajo de los escombros de su casa en el pueblo de Besanya, en el oeste de Idlib», indicaron los Cascos Blancos, en un vídeo difundido en la noche del martes 7 de febrero.

Pese a la falta de recursos, la magnitud de la tragedia y las bajas temperaturas, cientos de trabajadores a los dos lados de la frontera siguen trabajando contra reloj, con la esperanza de encontrar vida en medio de uno de los capítulos más oscuros de ambos países.

Reuters/ AP/ EFE/

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